EL CERRO DEL FRAY SAN JERÓNIMO


“San Jerónimo” es uno de los anexos más grandes y prósperos de Lunahuaná. Desde tiempos inmemoriales, los pobladores profesan gran fe al santo San Jerónimo, habiéndoles designado como su santo patrón.
Sabemos que siempre fue un anexo amenazado por inundaciones y huaicos. Cuando se fundó era un pueblo “fantasma”. La gente rehuía vivir en este lugar por los castigos de la naturaleza, castigos que eran fortísimos en la estación de verano.
Las cosas empezaron a cambiar cuando llegó el primer misionero, un padre franciscano de origen español, quien les inculcó fe a los escasos pobladores, contándoles la vida y milagro del fray San Jerónino, el “león” del desierto que oraba con la Biblia.
La devoción creció vertiginosamente. Un día 30 de setiembre, un grupo de fieles quedó atónito al visualizar la aparición de la sombra del santo San Jerónino en la cima de un cerro aledaño, sombra que hasta hoy en día se puede ver a la distancia. La gente exclamó: ¡milagro!, ¡milagro!
Desde entonces, instauraron ese día como fecha festiva. El primer año de veneración, un grupo de entusiastas fieles decidió subir hasta el mismo cerro, para rendir culto al santo, sin lograr su objetivo, pagando a cambio un alto precio con sus propias vidas. Todos desaparecieron misteriosamente la noche del peregrinaje. Al día siguiente, cuando los vecinos acudieron a rescatarlos, sólo encontraron una cruz, velas, flores e instrumentos musicales, en la falda del cerro, cerca de una cavidad rocosa. Ni rastro de las víctimas. ¿Qué ocurrió? Nunca se supo. Sólo se dice que el eco de las dulces notas de saxos y trompetas retumban a la medianoche en el Cerro del Santo Patrón San Jerónimo. (Lucho Villanueva Sánchez).



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