MI CHICA FANTASMA

El pintoresco pueblito de Cerro Alegre, el “Jardín de Cañete”, situado en Imperial, a 40 kilómetros aproximadamente de Lunahuaná, se preparaba con júbilo, para recibir al grupo de moda de la década del sesenta, “Los Pasteles Verdes” del puerto de Chimbote. La fiesta era un sábado de invierno en el colegio San José. Esa noche el local quedó chico con tanta concurrencia de público. Se dieron cita chicos y chicas de todo Cañete.
La fiesta se desarrollaba amenamente. Todos se lucían bailando con la sensación del momento. Cuando el espectáculo había llegado a su máximo fulgor, un apuesto joven descubre y queda fascinado con la belleza de una chica sensual,  con cabello largo, tez blanca, esbelta, que lucía un vestido largo de encaje gris, con escote profundo, que dejaba mucho a la imaginación. Ella se encontraba completamente sola, observando con mucho interés la fiesta.
Manuel -así se llamaba dicho joven- se le acercó galantemente, entablando amistad con la solitaria damita, quien accede gustosamente a compartir la alegría de la reunión, bailando hasta las primeras horas de la madrugada, ante la mirada y admiración de los amigos del galán.
Luego de divertirse, la misteriosa jovencita Jennifer decide regresar a casa y sale en compañía de Manuel, abordando los dos la motocicleta de éste, no sin antes abrigar cortésmente a ella, con su casaca de cuero.
Llegaron a la casa de Jennifer en el barrio de Carrizales, en Nuevo Imperial, donde se despidieron cariñosamente, prometiéndose encontrar al día siguiente para recoger la casaca e invitarla al cine e ir a cenar.
Al atardecer del día siguiente, Manuel se apersonó a la casa y fue atendido por la mamá de la joven, quien sorprendida escucha el reclamo de una casaca prestada la noche anterior a su hija; ante tal insistencia afirma que ésta había fallecido muchos años atrás; ahora el sorprendido es Manuel, quien se muestra incrédulo e insiste en ver a su amiga.
Ante la incredulidad de Manuel, la mamá pide a él que le acompañe hasta el Cementerio Municipal de Imperial, última morada de Jennifer.  Cuán grande fue la sorpresa de ambos al encontrar la casaca colgada de un clavo, al costado del nicho. Manuel regresó mudo, sumergido en una aguda depresión nerviosa…al poco tiempo también se fue al más allá. Los restos de los dos descansan en el mismo camposanto. (Lucho Villanueva Sánchez).


0 comentarios:

Publicar un comentario