TRAVESURAS DE DUENDES


Una noche de verano, noche despejada de luna nueva, lejos de las luces de la ciudad, mis tres hijas  -en su infancia- contemplaban el cielo estrellado -bello espectáculo en Lunahuaná-, desde la Huerta de Virginia, en el barrio de Jita, mientras yo -en otro ambiente contiguo- platicaba amenamente con la familia.
Cuando ellas tenían la mirada levantada, observando la inmensidad del cosmos, escucharon la dulce melodía de una flauta. Bajaron la mirada. Se sorprendieron al ver en el bosque a unas pequeñas criaturas, de estatura menuda, vivarachos, traviesos, haciendo piruetas entre los arbustos.
Sin aterrarse, las niñas contemplaron atónitamente las diabluras de los seres extraños, imaginando ser naturales. Dos de ellos, con apariencia de niños pobres, se les acercaron tímidamente, pidiendo algo de comida. Ellas les obsequiaron chocolates y galletas. Luego, los diablillos vertiginosamente corrieron hacia sus amigos, quienes desaparecieron entre la floresta, imitando el sonido de animales.
El relato de las niñas me dejó literalmente mudo. Me sentía atrapado por una pesadilla, impotente ante lo increíble.
JUGUEMOS A LA RONDA
Otra insólita historia ocurrió en Capatalla: una niñita de apenas cinco años,  desapareció misteriosamente, cuando al anochecer jugaba con sus muñecas en el huerto de su casa.
Todo un drama se originó en la casa de la pequeña Juanita. No era para menos. Sus padres sumamente preocupados, salieron presurosos en su búsqueda; cuán grande fue su sorpresa al encontrar a su engreída en medio de un desolado bosque, bajo un árbol frondoso. La chiquilla alegre y sonriente corrió a los brazos de sus padres… ¿Qué paso hijita? Preguntaron ellos. La niñita alegre respondió: “Unos amiguitos sombrerones me trajeron aquí, para jugar a la ronda; son tan buenitos que hasta me prestaron un sombrero y me pusieron en medio de la ronda”.
Los padres quedaron perplejos…la niñita aceptó retornar a casa, con la condición de que le dejaran volver a jugar con sus “amiguitos duendes”. (Lucho Villanueva Sánchez).

0 comentarios:

Publicar un comentario