LA CAMPANA DE GUERRA

En plena guerra con Chile, el Mariscal Andrés Avellino Cáceres, “El Brujo de los Andes”, emprendió su salida a las alturas del país; y las tropas enemigas, confundidas, creían que se encontraba en Lunahuaná. Razón por la cual los chilenos tomaron por asalto nuestro desprevenido pueblo cañetano, cometiendo saqueos, violaciones, incendios y destrucciones. El blanco de su ensañamiento fue la Iglesia Matriz del siglo XVII, con muchos objetos sagrados de gran valor, entre los que se encontraba una artística campana, con aleación de oro y bronce, vibrante, sonora y fina.
Con el pesado botín en las manos,  los chilenos avanzaron hacia el desaparecido puente colgante del pueblo de Lunahuaná -frente al Malecón Araoz o Barranca-, que conducía a un camino que bordeaba la falda de los cerros, teniendo como destino el puerto de Cerro Azul, para luego zapar hacia Chile.
Los valientes lunahuaneños se percataron de las intenciones de la hueste enemiga y aguardaron pacientemente el paso de la misma para dinamitar el puente colgante. Fue así como, en el preciso momento que los chilenos cruzaban el puente, estallaron las dinamitas, originando pavor y muerte en las filas contrarias. La campana cayó pesadamente en el pozo de Cutimaya, donde permanece sumergida hasta la fecha.
Se dice que a las seis de la tarde o a la medianoche, se oye el dulce repicar de la famosa campana de la Iglesia Matriz. Algunas veces se pretendió sacarla del pozo, pero todo esfuerzo fue inútil. La preciada campana permanecerá en el fondo del pozo Cutimaya, como mudo testigo de la infausta Guerra del Pacifico (Lucho Villanueva S.)


1 comentarios:

Darjavauch Akemenida 4 de septiembre de 2018, 8:31 p.m.  

Todo falso, las tropas chilenas continuaron sin que nadie se les opusiera, ya que los peruanos acobardados solo se ocultaron para sobrevivir. La campana de oro actualmente está en la localidad chilena de Rere, donde es tocada cada día para anunciar misa.

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